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Reporte Sobre la Invación de Nablus

by Freddie Marrero

Nunca me había encontrado tan cerca de la opresión descarnada y de la muerte como en los días recientes.

En la mañana del Jueves, 1ro de agosto de 2002, fuimos informados que había prescencia militar en el campamento de refugiados de Balata en Nablus y que estaban disparando y lanzando gazes lácrimogenos para imponer el toque de queda, que desde hace unos días la gente estaba ignorando. Todo el grupo de internacionalistas se movilizó hasta Balata de inmediato. Mientras en una parte de la calle todo parecía transcurir con normalidad, unos metros más adelante había un enfrentamiento entre chicos con piedras y un vehículo (‘jeep’) militar con varios soldados. Los lanzaban piedras y los soldados respondían con disparos al aíre y gases lacrimógenos. Desde una casa podíamos ver la confrontación y hasta allí nos llegó el gas lacrimógeno que contrarestamos oliendo cebollas. Luego de un rato, los militares retrocedieron, cediendo su posición, acompañados de los aplausos de los chicos.

Los chicos ganaron terreno y llegaron a un campo abierto en donde habían dos tanques y un tercero a la distancia. Allí pudimos presenciar otro tipo de confrontación: chicos con piedras contra tanques militares. Vaya espectáculo de David contra Goliath. En cierto momento los chicos se acercaban a los tanques lanzando piedras a lo que los tanques respondían movíendose hacia ellos y lanzando tiros al aire. Los chicos se replegaban a su posición original. Los tanques retrocedían a su posición original. Los chicos jugaban, reían, cantaban un rato para coger un aire y embestir de nuevo. Así sucedió por horas, hasta que sucedió algo lamentable cuando una bala impacto una casa cerca de donde estaba sentado un grupo de chicos jutno a algunos internacionalistas del MSI. Dos chicos resultaron heridos con los fragmentos de bala y cemento. Uno de ellos en un brazo y otro de gravedad en la cabeza. Llegamos hasta la clinica de Balata donde lo habían llevado de inmediato y pudimos ver como lo tranferian en ambulancia, luego de ser vendado y con un suero, hasta el hospital. Luego nos enteramos que tenía 16 años y que sobrevivó.

Por lo sucedido ese día y en la noche anterior en donde escuchamos más disparos que de constumbre, era evidente que las fuerzas de ocupación querían re-imponer por la fuerza el toque de queda que el pueblo de Nablus estaba ignorando masivamente.

En el centro de la ciudad se escuchaban disparos que se iban intensificando entrada la tarde. Tanques caminaban cerca de donde me estaba quedando, en el centro de Nablus. Haciendo ronda en la calle Faisal fueron confrontados por chicos con piedras. Allí abrieron fuego hiriendo un niño en un pie. Llegé al lugar cinco minutos luego del incidente solo para encontrarme con las manchas de sangre en el suelo y un pedazo de carne que otro niño sostenía en su mano para mostrármelo.

A las 12:45 AM recibimos noticias que un convoy de alrededor de 30 tanques, APC y jeeps especializados en demoliciones estaban entrando a la ciudad provenientes de una base militar cercana. Especulamos que el propósito es demoler algunas de las veinti-tantas casas de mártires marcadas para ser destruidas, como castigo a la familia, por el gobierno de Israel. Me acosté a dormir.

A las 4AM, del viernes, 2 de agosto de 2002, me despertaron con la noticia que los ‘snipers’ recien habían matado a un amigo de los dueños de la casa en donde nos estamos quedando. Había comenzado una invación a la antigua ciudad de Nablus. Alrededor de 140 tanques, APC y Jeeps volvían a entrar a la ciudad histórica de Nablus para tomar control de la misma, realizar arrestos y demoler hogares. Entre detonaciones y ráfagas intermitentes, pero incesantes, me dijeron que una llamada acaba de informar que no muy lejos de nosotros acaban de matar a un amigo de la familia que nos albergaba. El jóven salía a su balcón para recibir una bala en su sien. Ráfagas y detonaciones iban acompañadas de llamadas telefónicas al hogar detallando los nuevos heridos en el barrio. En un momento unas ráfagas fueron acompañadas por los gritos de una mujer, que resultaba ser la compañera de alguien que se econtraba en la casa. Cerca, cerca. Una bala traspasó sus dos muslos. Gracias al coraje de los palestinos que arriesgan sus vidas en ambulancias y de otros internacionalistas que les acompañaron, una ambulancia pudo llegar hasta a ella minutos mas tardes y salvarla. Todos en la casa estuvimos despiertos hasta que se hizo de día. Sentíamos mucha tensión e intensidad. Discutimos con los miembros de la familia lo que debíamos hacer si llegaban los militares a registrar o a arrestar a alguien.

Ese día estuvimos atrapados dentro de la casa debido a que el operativo de invasión continuó durante el día y sabíamos que habían ‘snipers’ apostados en uno de los edificios continuos al nuestro. Además de detener a cientos y arrestar a decenas, el operativo consiste en demoler varias casas y edificios. Algunas de estas fueron demolidas en el área cercana a donde nos encontramos, sienténdo la presión del impacto y pudiendo ver la bola de polvo que se levantaba a tan solo unas cuadras.

Irónicamente, durante el día, a pesar de las detonaciones, ese día pude descansar bastante ya que no había mucho que hacer, salvo fumar, escribir y jugar cartas.

Pasadas las 7PM llegó un grupo del MSI que había podido caminar por horas por la Antigua Ciudad. Nos dieron un reporte de primera mano sobre la situación afuera: las calles desiertas, repletas de militares, soldados tumbando puertas y entrando a casas para realizar búsquedas y arrestos, palestinos usados como escudos humanos, un número no determinado de casas y edificios destruidos por detonaciones de dinamitas y/o disparos de tanques, incluyendo el viejo edificio de las Naciones Unidas, un escuela, el edificio municipal y varias casas de mártires y de personas buscadas.

En este momento (8:44PM) todo se escucha bastante calmado afuera, en comparación a las últimas 17 horas. Las ráfagas y las detonaciones son cada vez menos frecuentes. En la mañana del Sábado pude salir de la casa y junto a una amiga de Londres caminamos por una hora hasta el punto de acceso de Nablus. Dejamos a un Nablus invadido y desierto con mucha tristeza. Llevándo con nosotros la imágen de la familia que nos albergó por una semana que ya se iba haciendo nuestra. Mi amiga iba rumbo a su avión de regreso, y yo rumbo a Ramallah para reunirme con Palestino-Boricua con quien había quedado en reunirme el día anterior, pero las circustancias me impidieron llegar a tiempo. Queda en Nablus un buen grupo de internacionalistas que sigue documentando la situación allí y trabajando junto a los Palestinos.

La ocupación ha llegado a un punto desenfrenado y necesita que todos digamos basta. Nada de lo que los internacionalistas hemos visto y vivido se equipara a lo que Palestinos tienen que enfrentar día a día. En Nablus la gente mantiene la resistencia, a pesar de todo…

Otro mundo es posible. Hagámoslo.

Addendum: Justo antes de enviar este mensaje me comuniqué con gente en la casa donde me estaba quedando en Nablus. Ayer los militares entraron a la misma y confiscaron cintas de video y rollos de fotos de varios activistas. Nadie fue detenido ni herido y la casa no fue buscada, en parte debido a la presencia de internacionales allí. Actualmente se tiene información de al menos 4 muertos, más de una docena de heridos, más de 50 personas arrestadas y un número aún no determinado de casas demolidas con dinamita.

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